Se diferencian de otros odonatos porque sus alas en descanso se alinean junto al abdomen, las alas anteriores y posteriores son similares en forma y venación y los ojos están netamente separados. Los caballitos del diablo, como el resto de odonatos, son hemimetábolos (metamorfosis incompleta) y su estadio ninfal es acuático, son de tamaño pequeño a mediano de aproximadamente 20 mm -45 mm. Las hembras de los caballitos del diablo suelen poner huevos en el medio acuático, a veces en plantas sumergidas y, en ocasiones en los árboles, en cavidades que recojan el agua procedente de la lluvia. Las ninfas son carnívoras y se alimentan de larvas de mosquitos y otros insectos que se desarrollen en el mismo medio, como puede ser una charca. Tras pasar la hemimetabolía (metamorfosis incompleta) emergen como adultos y continúan alimentándose de mosquitos, moscas y otros insectos a menudo perjudiciales y molestos para el hombre, por lo que su importancia no sólo se plantea a nivel de ecosistema, sino también como beneficio para el ser humano. Presentan dimorfismo sexual ya que la coloración de los machos y las hembras son muy diferentes. Los machos son de colores más vistosos como rojo, celeste o verde y las hembras de color castaño en algunas especies prentan un tono verde-amarillento. Las hembras también tienen ovipositor y el abdomen más corto y grueso que los machos. Los caballitos del diablo poseen cuerpos más delgados y son más frágiles en su vuelo que las libélulas.
